El Mandato
Declaración
I. Preámbulo
Somos los Guardianes.
Somos por un Occidente que recuerda lo que es.
Que no se pliega a la decadencia ni olvida su llama.
En una era de olvido, recordamos.
En tiempos de rendición, resistimos.
II. Nuestro propósito
Los Guardianes del Occidente existen para preservar y proteger el legado cultural, intelectual y espiritual de la civilización occidental — no como un museo, sino como una herencia viva. Defendemos lo que es verdadero, bello y noble, contra quienes quieren borrarlo o corromperlo.
III. Nuestros principios
Recordar es resistir
Rechazamos la amnesia histórica. Conservamos los relatos, héroes y la sabiduría de nuestros antepasados, porque un pueblo sin memoria ya está derrotado.
La cultura es identidad
Valoramos el arte, la literatura, la filosofía y la fe que han moldeado Occidente — desde Homero hasta Shakespeare, desde Tomás de Aquino hasta Beethoven. No son reliquias, sino raíces.
La verdad no se negocia
Defendemos la investigación libre y la libertad de expresión. La verdad no se crea por poder o emociones; se descubre, se debate y se protege.
El honor nos une
Valoramos virtudes olvidadas: coraje, lealtad, deber y humildad. No son opcionales, son sagradas.
Unidad sin uniformidad
Damos la bienvenida a todos los que quieran preservar Occidente, sea cual sea su origen. Las tradiciones nacionales, regionales y espirituales nos enriquecen, no nos dividen.
La fortaleza y la llama
Somos defensores y constructores. Una fortaleza debe proteger, pero también inspirar. No solo resistimos, reconquistamos.
Para las generaciones venideras
Nuestra misión trasciende generaciones. No defendemos solo el presente, sino quienes vendrán — para que hereden monumentos duraderos, no ruinas.
IV. Nuestra llamada
A quienes escuchan el llamado — ese sentimiento silencioso de que algo noble está siendo destruido — les decimos: no estáis solos.
Este es vuestro llamado.
Levantaos. Recordad. Reconquistad.
Nuestra visión
Somos un movimiento vivo, a la vez refugio y muralla, creado para preservar, defender y avivar los valores, el legado y el espíritu intelectual del mundo occidental.
No ponemos la libertad por encima de la belleza, ni la razón por encima de la fe, ni la ciencia por encima de la tradición. Afirmamos que la civilización occidental no puede subsistir sin el equilibrio de todas sus columnas: cultural, filosófica, artística, científica y moral. Deben sostenerse juntas, o se derrumban. Nuestra tarea es preservarlas en su totalidad.
En tiempos donde la confusión se celebra y la verdad se desmonta, donde el autodesprecio sustituye al orgullo y nuestros dirigentes traicionan nuestro pasado para aplacar ideologías enemigas, declaramos: basta.
No somos una nación, no estamos sujetos a ningún Estado. Somos una sociedad paneuropea, abierta a todos los procedentes de Europa, América y el resto de Occidente que crean en la protección de nuestro legado común. Nacer en Occidente no basta; hay que defenderlo. Y los que vienen de fuera, pero adoptan Occidente y sus valores, son bienvenidos. Los que quieren destruirlo, no. No hay compromiso.
Nuestra misión
Proteger y preservar las bases culturales, filosóficas, artísticas e intelectuales de la civilización occidental; no como reliquias del pasado, sino como monumentos vivos para el futuro.
Construir y mantener la Sala de la Sabiduría, un archivo central de la historia, literatura, filosofía y arte occidentales; con ensayos aportados por los miembros, recursos y obras cuidadosamente seleccionadas de todos los países occidentales.
Cada ensayo aportado debe contener una versión comprensible para el público general.
Rechazamos la erudición elitista cerrada. El conocimiento no debe guardarse para unos pocos, sino estar accesible para todos los que lo busquen.
Las contribuciones pueden ser ideas originales, comentarios o homenajes a grandes obras — sea Shakespeare de Inglaterra, Mickiewicz de Polonia o artistas vivos hoy. La Sala de la Sabiduría acoge tanto lo intemporal como lo contemporáneo, siempre que honre el espíritu de los logros occidentales.
Construir una fortaleza digital de cultura y claridad; difundir el saber mediante medios modernos: archivos, podcasts, vídeos, literatura, debates y campañas digitales.
Fomentar debates honestos y valientes a través de eventos online, foros y mesas redondas (con participación activa del público), con vistas a organizar encuentros presenciales en países occidentales.
Despertar el sentido del deber, honor y solidaridad entre los ciudadanos occidentales. Sea mediante la investigación, la acción o la protesta — todos tienen un papel. Ya sea que aportéis ideas, llevéis banderas o simplemente aprendáis y compartáis — formáis parte de esta causa.
Promover la conciencia política, no partidista, pero animando a apoyar candidatos y partidos que defiendan sin complejos el bienestar de sus ciudadanos y los valores occidentales.
Mensaje claro: Occidente tiene enemigos, internos y externos. Están en nuestros parlamentos y en nuestras calles. No toleramos la destrucción de nuestra cultura.
Acogemos a los leales y no damos espacio a quienes quieren nuestra desaparición.
Quiénes somos
Somos guardianes, no conservadores; no solo testigos del declive, sino protectores de la llama y la forma. No lloramos lo perdido, despertamos lo que aún puede salvarse.
Somos una sociedad de artistas, sabios, ingenieros, pensadores, docentes y ciudadanos; unidos por la convicción de que Occidente merece ser protegido — no solo para el pasado, sino para el futuro de la humanidad.
No pretendemos tener el monopolio de la verdad; pero defendemos la verdad. No buscamos controlar el pensamiento; pero exigimos claridad. No queremos dominar; pero no renunciamos a lo que nos pertenece.
Piedra a piedra, espíritu a espíritu; levantemos monumentos, en desafío a las ruinas que nos imponen.
Elementos esenciales de la Sociedad de los Guardianes del Occidente
La Sala de la Sabiduría
Un archivo digital central y biblioteca, accesible al público, que preserva los logros intelectuales y artísticos de la civilización occidental.
Contiene ensayos, documentos históricos, obras filosóficas, literatura y artes visuales.
Incluye contribuciones de miembros de todo Occidente; con versiones accesibles para el gran público.
Objetivo: educar culturalmente, inspirar y fortalecer a los ciudadanos.
Preservación cultural activa
No es solo un recuerdo pasivo, sino una defensa activa.
Los miembros pueden proponer obras nacionales y regionales (por ejemplo, Dante, Pascal, Mickiewicz, Melville) y explicar su importancia. No importa el nivel de experiencia — las propuestas son bienvenidas, lo demás se gestiona.
Objetivo: reflejar la rica diversidad de Occidente — de Islandia a Chile, de Polonia a Canadá.
El énfasis está en celebrar lo duradero y sobresaliente en todas las esferas de la cultura occidental.
Debate público y compromiso
No somos una sociedad secreta.
Organizamos discusiones digitales, entrevistas, foros abiertos y, más adelante, encuentros presenciales.
Los eventos destacan a sabios, artistas y pensadores, siempre con participación del público.
Objetivo: revivir un diálogo significativo y valiente.
Conciencia política y cívica
No somos partido ni facción, pero fomentamos la conciencia política.
Los miembros son animados a apoyar candidatos y partidos que antepongan a los ciudadanos occidentales, sus valores y tradiciones.
Rechazamos el nihilismo, el globalismo y la apatía; defendemos el deber, la soberanía y el orgullo.
Una identidad paneuropea
No es un proyecto nacional, sino civilizacional.
Unimos a personas de todas las naciones occidentales: Norteamérica, Europa, Australasia y Latinoamérica.
Acogemos a todos quienes adoptan Occidente y sus valores, sin importar su origen.
No hay compromiso con quienes quieren destruir Occidente.
Honor, claridad y determinación
La verdad debe decirse claramente.
El honor no está obsoleto, es esencial.
Ningún movimiento que justifique su existencia puede perdurar. Los Guardianes del Occidente no muestran indulgencia hacia quienes quieren su destrucción.
Construir, no solo preservar
Preservar no basta.
La sociedad apoya la creación de nuevas obras de arte, literatura, música y arquitectura arraigadas en la tradición occidental.
No solo debemos recordar, sino construir.
